Británicos comiendo un 50% más de comida para llevar que antes de Covid

Gran Bretaña está consumiendo un 50 por ciento más de comida para llevar que antes de la Covid en un cambio «drástico» en los hábitos alimenticios de la nación.

Los servicios de comida rápida y entrega a domicilio como Deliveroo y Uber Eats han superado a los bares y restaurantes como la principal fuente de comidas preparadas fuera del hogar, según sugiere el análisis.

Los economistas sugirieron que el cambio a comer en el sofá parecía ser uno de los pocos cambios duraderos que dejó la crisis de la Covid, lo que significaría más problemas para el sector de la hostelería en la calle principal que ya está en dificultades. Sin embargo, la industria de los bares y restaurantes ha insistido en que confía en recuperarse una vez que pase el recuerdo de la pandemia y la crisis del costo de vida.

Los defensores de la lucha contra la obesidad advirtieron que las comidas para llevar están «tomando el control de nuestras calles principales» y dificultando que las personas coman de manera saludable.

El Instituto de Estudios Fiscales utilizó datos detallados de compra de 8.000 personas de la empresa de investigación de mercado Kantar para evaluar cómo cambiaron los hábitos alimenticios cuando golpeó la pandemia. No sorprendentemente, la aparición de la Covid y los confinamientos llevaron a un aumento en la compra de alimentos en general, pero esto desde entonces ha vuelto en gran medida a los patrones anteriores a 2020.

Los hogares británicos están comprando alrededor de 60 calorías más al día para comer en casa que en 2019, en comparación con las 295 calorías adicionales al día en el punto máximo de los confinamientos.

Sin embargo, parece haber habido un cambio más duradero en lo que las personas compran fuera de casa. En 2022, el adulto promedio consumió 400 calorías a la semana en comidas para llevar, frente a las 270 a la semana en 2019.

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Aunque el total de calorías preparadas fuera del hogar ha permanecido bastante similar a 2019, alrededor de 130 al día, las personas están comprando de manera muy diferente. Las comidas para llevar ahora representan el 47 por ciento de estas calorías, frente al 31 por ciento en 2019, a expensas de los bares y restaurantes, que han caído del 34 por ciento al 29 por ciento de las calorías fuera del hogar. Las cafeterías también han visto caer su participación del 19 por ciento al 11 por ciento. Esto ha hecho que los británicos gasten un poco menos en comida preparada fuera del hogar que antes de la Covid.

Andrew McKendrick, economista investigador del Instituto de Estudios Fiscales y autor del informe, dijo: «Los confinamientos y el cierre de la hostelería dejaron un papel más importante para el consumo de alimentos en el hogar y para las comidas para llevar. Pero, a principios de 2022, la mayoría de estos cambios se habían revertido: los hogares habían vuelto en gran medida a comprar tanto como lo hacían en 2019. La pandemia dejó un legado, sin embargo, en el uso mucho mayor de las comidas para llevar».

Dijo que ha habido un «cambio drástico hacia la compra de más calorías fuera del hogar de comida rápida y comidas para llevar».

McKendrick encontró que a pesar de este cambio, la salud general de la dieta de las personas no había cambiado mucho. Las cestas de la compra de las familias más pobres seguían siendo significativamente menos saludables que los alimentos comprados por los más ricos.

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Sin embargo, Katharine Jenner, directora de la Alianza de Salud contra la Obesidad, advirtió que «las comidas para llevar están tomando el control de nuestras calles principales. La pandemia aceleró esto y ahora la comida no saludable está tan disponible que es casi inevitable».

Lord Bethell, un exministro de salud conservador, dijo que las comidas para llevar están «aumentando enormemente la ingesta calórica de las familias británicas. Una dieta de pizza, curry, hamburguesas y papas fritas obviamente hará que suban de peso. … Es difícil saber qué hay en tu comida cuando alguien más la ha cocinado, así que no es sorprendente que los británicos subestimen enormemente el contenido calórico de su comida».

Kate Nicholls, directora ejecutiva de UKHospitality, reconoció las «circunstancias difíciles para la hostelería», pero argumentó que la calle principal podría recuperarse. Señaló que los datos eran de un momento en el que «la variante ómicron estaba fresca en la memoria. Dos años después, estoy segura de que comer fuera en restaurantes y bares sigue siendo tan importante para los consumidores como lo era antes de la pandemia».